El pueblo despide a Monseñor Ulises Casiano Vargas

Fueron evidentes las muestras de cariños y respeto por su entrega y compromiso con los más necesitados.


Jalibeth Rodríguez Rivera

La Diócesis de Mayagüez se vistió de luto para despedir al obispo emérito, SER Mons. Ulises Casiano Vargas.  Tras su deceso el domingo 5 de agosto de 2018, sus restos resguardan ahora en la Catedral Nuestra Señora de la Candelaria de Mayagüez.  Allí cientos llegaron a darle el último adiós.

“Era un excelente tío, como un padre, muy bueno, un santo”, dijo su sobrina, Ivonne Delgado.  Junto a ella, familiares y cientos de feligreses del prelado lo recordaron como un servidor cercano al pueblo y siempre alegre.

“Yo lo recuerdo como una persona muy jocosa,  y en el Coro de la Catedral siempre nos decía ‘cantaron bien, pero se oyeron bien mal’”, rememoró riendo María del Carmen Rubio.  “Era muy cariñoso y se preocupaba mucho para que se escuchara bien.  Se fajó para que este Coro luciera con gran esplendor”.

Por su parte, el padre José Gustavo Torres, de la parroquia Santa Rosa de Lima inició sus pasos en la vida religiosa como monaguillo.  Mons. Casiano, afirmó, fue pieza importante en su desarrollo.  “Cuando comencé de monaguillo conocí a Mons, descubrí su amor a la gente y a la Liturgia.  Eso fue llamando mi atención y más tarde entré al seminario.  Él siempre fue cercano, pendiente a mí y mostraba un especial interés en mi formación”.

Como joven sacerdote, padre José Gustavo, dijo  “Era ver cómo él se hacia uno con la gente, ver su alegría con la gente era maravilloso.  Le encantaba la tradición de los Reyes Magos y siempre buscaba que los Reyes de Juana Díaz llegaran a Mayagüez, porque quería que no se apagara nuestra tradición.

Mons. cursó su bachillerato en el Colegio de Educación de la Pontificia Universidad Católica de Puerto Rico.  Como exalumno continuó aportando a la Universidad.  Durante 11 años fue presidente de la Junta de Síndicos.

Durante su velatorio, la PUCPR le mostró su agradecimiento y respeto en una Guardia de Honor.  El presidente, Dr. Jorge Iván Vélez Arocho expresó “El imprimió desde su perspectiva como obispo y como presidente de la Junta de Síndicos la importancia de la identidad y Misión de universidad Pontificia.  Esa fue su gran contribución, el fortalecimiento de la identidad y la misión de nuestra Universidad.

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