El anhelado paso a la Universidad
La etapa de transición es un proceso de desarrollo hacia la madurez.
Por: Jalibeth Rodríguez Rivera
La experiencia de sumergirse en la vida universitaria es otro cuento. Para muchos de los jóvenes que dejan atrás sus años de escuela superior con un entorno y un junte de compañeros diferentes, se les hace difícil la transición a la universidad. Para la psicóloga y directora de la Clínica Interdisciplinaria de Servicios a la Comunidad, Profa. Ada Kercadó, “todos tenemos planes al inicio de un nuevo año escolar. Algunos tendrán la experiencia de su primer año en la universidad, otros, la continuación de sus estudios. Lo que indudablemente será similar para cada uno de ellos serán los retos y desafíos que conlleva esta etapa en sus vidas. Es una etapa de transición en la que deben estar dispuestos a realizar los ajustes que sean necesarios para que continúen el camino y alcancen sus metas”.
Para la experta en psicología, la transición se puede considerar como una etapa que nos lleva de un estilo de vida académico a uno más riguroso. “No lo debemos considerar como un cambio repentino dado que, por lo general, nos preparamos para esta etapa de vida. Es una transición dado que lo podemos visualizar como una etapa intermedia, en la que dejamos atrás los años escolares para prepararnos para el mundo laboral: es la etapa de ajuste, que entendemos necesaria, para alcanzar nuestras metas”.
Uno de los cambios más notables que el joven enfrentará será la libertad. Los estudiantes universitarios deben estar muy conscientes de que ellos serán los responsables del manejo de su tiempo. “Esa libertad les permitirá experimentar nuevas experiencias académicas, sociales y personales. Todas estas experiencias pueden conllevar consecuencias positivas o negativas, por lo tanto, deben estar muy firmes en las metas que desean alcanzar para que no se desvíen de las mismas”.
Kercadó hizo énfasis en que ahora será un joven independiente y responsable que debe cumplir con los requisitos de cada una de sus materias. La carga académica será más estresante, pero es importante que el estudiante se organice e identifique espacios para descanso y esparcimiento. “Debe hacer ajustes para que, además de su vida académica, pueda desarrollar una vida social que le permita balancear su vida. Finalmente, debe mantener el contacto con su familia y amigos más cercanos, de modo que no pierda ese vínculo que, en muchas ocasiones, puede ser el motor que impulse nuestras vidas”.
El aspecto económico es otro de los ajustes más notables que tendrá que tener en cuenta el joven de nuevo ingreso y su familia. “Cada familia debe tener un presupuesto para poder afrontar las necesidades de toda carrera universitaria. Aquí hay que considerar los gastos de matrícula, libros, equipo tecnológico, vestimenta, alimentación, transportación y hospedaje. Es importante que cada estudiante se oriente en cuanto a las oportunidades de becas y/o solicitudes.
Pero, ¿cómo pueden manejar sus ansiedades y preocupaciones ante este cambio?
La directora de la Clínica Interdisciplinaria de Servicios a la Comunidad, Profa. Ada Kercadó insistió en la importancia de definir, planificar y preparar una lista de acuerdo con sus metas académicas. Esa lista debe estar por escrito, de modo que sirva de guía, sin dejar de ser lo suficientemente flexible para hacer ajustes siempre que sea necesario.
También, sugirió estar atentos a los espacios que se necesitan para un respiro o una pausa. “Estudiar puede ser una actividad que nos puede drenar. Mucho más, si los esfuerzos hacia el éxito y las demandas académicas son mayores a los esperados. Es por ello que la vida familiar y social no debe estar ajena al entorno universitario. Por eso, debemos encontrar la manera de hacer un balance. Hay que proveer espacios para relajarnos y divertirnos, sin descuidar nuestras responsabilidades. Es aquí en donde debemos buscar reconectarnos con nosotros mismos, a nivel personal y espiritual. Además de una meta académica, el mayor reto es crecer como seres humanos. Por lo tanto, hay que buscar la manera de recargar baterías y organizarse”.
Los padres… una piedra fundamental en el éxito universitario.
La confianza, la comunicación y el respeto por las decisiones y la inserción en la vida universitaria de los adolescentes son fundamentales en este proceso.
“Nosotros, como padres, también entramos en esa etapa de transición en la que debemos aprender a relacionarnos, de un modo diferente, con nuestros hijos. Es decir, es una etapa en la que debemos proveerles más libertad, en la que debemos confiar en sus capacidades y talentos. Es un tiempo para facilitar apoyo, ofrecer confianza y establecer unas nuevas reglas de convivencia. De este modo, estaremos proveyéndoles un espacio para que se encaminen a su vida adulta, aceptando sus roles y responsabilidades”.
El factor de comunicación es la base para este éxito, a juicio de la Psicóloga. “El diálogo será un factor clave, aunque, como padres, debemos ser muy cuidadosos de no imponer nuestras ideas, ofrecer consejos cuando nuestros hijos lo soliciten y estar atentos a la manera en la que manejan su tiempo y atienden sus responsabilidades”.
Así que no importa la edad de los jóvenes, ellos deben sentirse seguros y confiados de que su familia los apoya en este proceso. En la mayor parte de los casos, la familia facilita el proceso en la vida universitaria de sus hijos, en la medida en que sus recursos así lo permiten, añadió Kercadó.