Adolescentes indecisos a la hora de escoger su futuro profesional

Vence este dilema y entérate qué hacer para aclarar tus dudas.

Por: Jalibeth Rodríguez Rivera

“Cuando cursaba el cuarto año de escuela superior no sabía qué estudiar. Apliqué para ingeniería en el recinto de Mayagüez de la UPR y también en La Católica para el campo de la arquitectura. Eran las dos opciones que me gustaban mucho.  Busqué todas las herramientas posibles para aclarar mis dudas antes de entrar a la Universidad”, así aseguró a Huellas del Futuro la Pionera Stephanie Román González.

Sin embargo, tres años después de comenzar sus estudios en la Escuela de Arquitectura, Stephanie se dio cuenta de que su futuro profesional no estaba en la preparación de planos, diseños ni maquetas. Entonces, decidió cambiar dramáticamente su carrera universitaria por las ciencias. “Pensé que mi campo era la arquitectura porque me gustaban las artes y el dibujo. Me llamaban la atención la remodelación de estructuras y el paisajismo. Cuando comencé las clases me gustaron mucho porque eran bien retantes y tenía buenas notas,  pero fue en mi segundo año de arquitectura que comencé a tener dudas de mis intereses. Noté que esto no era para mí y no me apasionaba lo que estaba haciendo. Me gustaba la arquitectura,  pero sólo para apreciarla”, admitió la Pionera de 21 años quien decidió hacer el cambio a Ciencias Generales. Ahora afirma, que esa es realmente su pasión. Incluso su meta es culminar un doctorado en Farmacia. “Nunca es tarde para empezar a estudiar de nuevo”, ese fue el consejo que le impartió el padre a la joven de Juana Díaz.

Asimismo, no se debe pasar por alto el factor económico. Es vital identificar, de antemano, los costos de matrícula, libros y materiales educativos del campo profesional que interese el estudiante.

No se debe pasar por alto el factor económico. Es vital identificar, de antemano, los costos de matrícula, libros y materiales educativos del campo profesional que interese el estudiante.

Así como Stephanie, miles de jóvenes puertorriqueños llegan a la universidad sin saber qué rumbo tomar. De hecho, para que tengan una idea, según el Informe Anual de la Oficina de Registraduría de la PUCPR, 2,129 estudiantes de la Institución sometieron  Cambio de Colegio o Concentración para el año 2013-2014. Es decir, se matricularon con una idea en mente y más adelante se percataron de que estaban equivocados y cambiaron de área académica.

Es que, en muchos casos, los jóvenes esperan muy tarde para educarse acerca de la profesión que les interesa, así aseveró el consejero profesional licenciado de la PUCPR, Xedric Huriel Díaz Santiago.

“Este proceso de educación vocacional se debe despertar desde la escuela elemental, debe ser un proceso de vida. Desde niño pueden visitar áreas profesionales que les gusten, aunque los intereses vayan cambiando por la madurez. Es en la escuela intermedia que debemos comenzar a explorar lo que realmente nos interese”, recomendó el Catedrático Auxiliar.

El autoanálisis es uno de los aspectos más importantes en este proceso, de acuerdo con el profesor Díaz. “Muchos de los estudiantes llegan en blanco, o les gustan muchas cosas y no buscan información sobre las profesiones. Otros tienen incongruencias entre sus habilidades y talentos y la carrera que quieren estudiar. Uno de los primeros pasos es autoevaluarse. ¿Cuáles son mis habilidades, mis aptitudes o capacidades, mis intereses, mis necesidades y mis actitudes?, ¿Qué yo quiero de un empleo: buen salario, logros, prestigio, trabajo rutinario?”, cuestionó.

Otro de los enfoques que se deben tener en cuenta es recopilar información sobre la naturaleza y las tareas del oficio de interés. El Consejero de la PUCPR explicó que es importante conocer las condiciones físicas y mentales que conlleva ese empleo. “Si no te gusta trabajar en las noches, pues ten en cuenta que en la profesión de enfermería podrías trabajar horas nocturnas. Si sufres del corazón o te afectas emocionalmente,- empleó como ejemplo, no es recomendable un empleo extenuante o de enfoque psicológico”.

Asimismo, no se debe pasar por alto el factor económico. Es vital identificar, de antemano, los costos de matrícula, libros y materiales educativos del campo profesional que interese el estudiante. Usualmente, las carreras de arquitectura y de ciencias son más costosas y de extensa duración. “Si estoy en escuela superior debo estar alerta a conocer cuáles son los requisitos de admisión para esa carrera y preguntarnos: ¿cuáles son los cursos importantes para esa profesión? ¿me siento cómodo con esas clases?, ¿estoy dispuesto a hacer ajustes en mis hábitos de estudio para reforzar esos cursos?, ¿dónde ofrecen lo que quiero estudiar?, ¿Tengo que viajar, estoy dispuesto?”, enumeró como “tips”.

Investigar sobre la demanda de empleo es una consideración importante. No obstante, el experto hizo hincapié en que más allá de verificar cuáles carreras tienen mayor demanda, el estudiante debe cuestionarse si le apasiona realmente esa profesión y si cuenta con las habilidades y la vocación necesarias para la misma. Para el profesor, el área de las ventas y de la salud continúan en demanda laboral.

El consejero profesional licenciado con más de veinte años en el campo, sugirió a los jóvenes indecisos a visitar y a entrevistar a dos profesionales de su área de interés, antes del proceso de admisión. Dijo que no es lo mismo leer acerca de la carrera que conocer el día a día y estar en el campo real. Preguntar y explorar las necesidades, las limitaciones, las condiciones de trabajo, el sueldo real en el mercado y los lugares de oportunidades laborales de manera práctica son  clave en este proceso.

Incluso, recomendó centrarse en tres alternativas laborales y evaluar sus aspectos positivos y negativos. “Los especialistas en decisión afirman que cuando tenemos una situación no se deben tener más de tres opciones. Así que lo recomendable es identificar las tres áreas que más te gusten y hacer una evaluación sobre sus elementos en favor y en contra. Valorizas las alternativas y hacer la selección más adecuada”, aseguró Díaz Santiago, quien insistió que al momento de tomar una decisión sobre el rumbo académico, es importante buscar la ayuda de un consejero profesional licenciado.

“La propuesta es simple, cualquiera que sea lo que vayas a estudiar,   trata que seas el mejor en tu profesión, que te guste lo que hagas y que sea más que un trabajo, tu vocación”, culminó Díaz Santiago, quien también posee una certificación post grado en terapia de pareja y familia.

 Interdisciplinariedad; ¿es una alternativa para el profesional del futuro?

En un mundo global y de gran desafío laboral, una alternativa innovadora y que les abrirá caminos profesionales es la especialización en dos o varias disciplinas. Ejemplo de ello son estudiantes que cursan un bachillerato en Administración de Empresas y una concentración menor en idiomas. Otros optan por combinar programas como aquellos que tienen una preparación en Educación y continúan con un “minor” en educación elemental o secundaria.

A preguntas de Huellas del Futuro sobre la opción que tienen los estudiantes indecisos de comenzar el primer año con cursos generales, Xedric Díaz manifestó que es una alternativa viable, pero en ese proceso, el estudiante debe explorar e investigar todo lo posible acerca de la profesión que le interese para evitar atrasos innecesarios en la academia.

Los padres… una guía de apoyo en este proceso.

El consejero de la PUCPR añadió que los padres deben analizar la personalidad y los intereses que desarrollen sus hijos desde pequeños. Eso representan una guía vital en el proceso de elegir la carrera de los jóvenes.

No obstante, también ocurre que los padres pueden crear presiones en ellos. “Esa influencia de los padres sobre la decisión vocacional de los estudiantes, es más de lo que nos imaginamos.  Es importante que el estudiante se examine para ver qué profesión lo apasiona”.

 

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