Dignidad humana e igualdad social para los confinados.
Joven se adentra en las cárceles en defensa de los derechos civiles.
Por: Celimer M. Torres
Dallie Jenniffer Cruz estuvo desde pequeña viendo muy de cerca cómo era la vida de los confinados en los penales de Puerto Rico. Su padre estuvo confinado hasta el 2001. En ese momento ella nunca imaginó que en el futuro defendería los derechos de las comunidades carcelarias del país. Además de su padre, su pareja está en prisión desde hace 5 años y durante sus visitas ella le comentaba su interés de hacer algo más por los confinados y velar por el cumplimiento de sus derechos civiles. Esta oportunidad le llegó cuando en el 2013, el Sr. Carlos González Rosario, superintendente de Máxima Seguridad le encomendó presidir el Comité Amigos y Familiares Confinados Central, Inc.
Este Comité es un organismo compuesto por familiares y amigos de confinados y que tiene como meta principal salvaguardar los derechos civiles, constitucionales y humanos de las comunidades carcelarias. Su misión es lograr que se brinde respeto a la dignidad humana del confinado sin importar la gravedad de sus delitos y que tengan calidad de vida. “Mi labor consta de contribuir en la rehabilitación moral, social e individual de cada recluso, donde se logre, dentro de los recursos disponibles, su rehabilitación” explicó Dallie. Esta experiencia se complementa a la perfección con sus estudios de Bachillerato en Criminología y con sus metas de convertirse en abogada criminalista. “El conocimiento que he adquirido por mis estudios universitarios en el campo de la Criminología me ayuda a preparar planes de trabajo efectivos para canalizar programas y servicios dirigidos a mermar el ocio en los confinados” sostuvo la estudiante.
Con su labor como Presidenta del Comité busca crear la igualdad social en Puerto Rico, donde no importe si el confinado sea pobre o rico lo que importe sea que se trate igual en el sistema de justicia. Sobre este particular sostuvo, “Entiendo que existen muchos confinados que desconocen sus derechos, y no se les permite expresarse, ni decir cómo se sienten o qué les pasó hoy o si necesitan un abrazo. Muchas veces los abracé sin conocerlos porque sentía que lo necesitaban. Defiendo a la vez los derechos de ellos ya que pertenezco a la Comisión de Derechos Civiles de Puerto Rico bajo el Observatorio Correccional Dra. Trina Rivera de Ríos, donde soy su principal colaboradora en hacerles llegar las preocupaciones de los confinados y las comunidades carcelarias en las que ellos se encuentran”.
La estudiante recuerda como una de sus anécdotas más impactantes cuando tuvo la oportunidad de visitar los cuadrantes que componen la Institución Máxima Seguridad del Complejo Correccional de Ponce. “Fue muy impactante observar tantos confinados ubicados detrás de los barrotes, con la esperanza de que sus necesidades sean atendidas, con una mirada llena de dolor y frustración. Aquello parece un almacén de humanos. No pude contener mis lágrimas. Es por esto que tenemos que impactar, con programas y servicios, el ocio en los confinados, tenemos que ser empáticos con ellos. Desde entonces en mi nació el buscar identificarme con mi prójimo, ayudar al desventajado y llevar un mensaje a la sociedad sobre la realidad que transcurre dentro de los penales para que ellos se hagan parte de la rehabilitación de los confinados que también son parte de nosotros” recordó Dallie.
Desde su perspectiva como futura criminóloga, le entristece de cierto modo la labor que realiza el Departamento de Corrección y Rehabilitación ya que, según ella, han perdido la objetividad en rehabilitar al llamado delincuente. Entiende además, que el ambiente dentro del Sistema está muy tenso y no se le brinda al confinado un sistema de igualdad de oportunidades. “Me atrevo a decir que el Sistema Correccional se encuentra en su peor crisis y deterioro. Es hora ya de que la sociedad se haga parte esencial de la rehabilitación social del confinado ya que las cárceles son el reflejo de la sociedad en la que vivimos “, manifestó Dallie.
De hecho, sobre este asunto de la labor del Sistema, la joven redactó y presentó al Gobernador Alejandro García Padilla el informe titulado Encaminados hacia la Rehabilitación de Confinados. Este informe es un análisis del sistema en el que se exponen todas las necesidades del confinado y de sus familiares. El informe incluye alrededor de sesenta recomendaciones que son dirigidas para el mejoramiento de la calidad de vida de los confinados.
Entre las recomendaciones más destacadas están las alusivas a la educación, como establecer centros universitarios en los complejos correccionales, apoyar a los confinados para que reciban su diploma de cuarto año e incluso capacitar a los líderes recreativos con cursos de ciencias deportivas. En el aspecto psicosocial la estudiante recomendó ofrecer terapias grupales o individuales a los confinados, la creación de una Oficina de Apoyo a Familiares de Confinados y un centro de apoyo para confinados y ex confinados con la intención de evitar recaídas, depresión o ansiedad que son factores comunes en los reincidentes. Las sugerencias más novedosas son la creación de huertos en todas las instituciones carcelarias, así como de empresas correccionales que ayuden en el proceso de rehabilitación y a la vez eviten el ocio en los confinados.
Entre las aspiraciones de Dallie Cruz está convertirse en Secretaria del Departamento de Corrección y Rehabilitación. Su mayor aportación sería cumplir cabalmente con la política pública de la Agencia, para que se respete al confinado y a sus familiares y proveerles a los funcionarios correccionales un ambiente laboral seguro y armonioso donde sus necesidades y preocupaciones sean atendidas. “Ese es mi gran sueño, poder ser Secretaria de Corrección y Rehabilitación. No sería una Secretaria de Corrección de escritorio sino más bien elaboraría una agenda de trabajo en la que se impacten las instituciones carcelarias para así lograr brindarles a todos los que pertenecen al Sistema Penal un entorno de igualdad, transparencia y justicia”, finalizó Dallie.