“Un montruo llamado D.E.”
Madre de estudiante de educación especial presenta libro en el que critica al sistema público de educación
“La burocracia ha convertido al Departamento de Educación en un sistema enorme, lleno de trabas y dificultades. Si no hacemos un esfuerzo por conocerlo bien, se convierte en un monstruo que se come a nuestros niños”. Así afirmó Tamara López Cruz quien está decidida a desenmascarar la “verdad de la educación especial en Puerto Rico”. López Cruz destapó lo que, según ella, es un montruo que violenta los derechos de los niños y jóvenes con limitaciones.
En su libro “Un monstruo llamado Departamento de Educación”, Tamara muestra las historias de horror de diversos casos, y explica las leyes y procedimientos que regulan la educación en esta población. Así también, presenta consejos y recomendaciones para los padres y organismos públicos de Puerto Rico.
Tamara decidió conocer a profundidad este tema y quitarse, según dijo, “la venda de los ojos”, luego de vivir, en carne propia, varios tropiezos respecto de la educación de su hija. Su niña de 6 años es una de los más de 160,000 estudiantes registrados en el Programa de Educación Especial del Departamento de Educación de Puerto Rico. Relató incluso que , llegó al punto de someter varias querellas a la agencia porque su niña no recibía una educación apropiada conforme con sus necesidades.
“Le hago un llamado a la sociedad. Yo me di a la tarea de educarme, me dediqué a recopilar información y a consultar con profesionales en diversos campos. El Departamento de Educación violenta los derechos de niños con diversidad funcional. Me duele decirlo, pero Puerto Rico no sirve como país porque no cumple con los derechos de la población con limitaciones. Estamos menoscabando esos derechos.” dijo enfática la madre durante la presentación de su libro en el Edificio Perea del recinto de Ponce de la PUCPR. Añadió “Conociendo nuestros derechos y la ley es como mejor podemos avanzar”.
Durante la presentación de su libro el martes, 10 de noviembre de 2015, Tamara presentó un pupitre de escuela, pero no uno cualquiera. En el espaldar del asiento, lucían los atroces ojos de un monstruo. También, unos feroces y afilados dientes en la silla del escritorio. El monstruo representa la pobre gestión del Departamento de Educación con los niños que requieren de una atención individualizada.
“Para ustedes, nuestros estudiantes, futuros profesionales, esto debe inspirarlos para que el cambio ocurra, no desde el monstruo, si no desde ustedes. Es decir, desde sus salas de clase, sus trabajos, sus pequeños universos. Como ciudadanos comprometidos, en ustedes está puesta la esperanza de todos los padres de nuestros niños especiales” culminó Tamara.