Urgen mayor prevención ante reapertura del país

Expertos discuten dilemas de ética, salud, y ciencias del COVID-19.


Jalibeth Rodríguez Rivera

La reapertura económica, las medidas de rastreo de contagios, el desarrollo de medicamentos y vacunas y los dilemas éticos en el manejo de los casos del COVID-19, siguen siendo eje de discusión en Puerto Rico.

Para intentar dar luz a estos aspectos en momentos en que la Isla promueve la reapertura,  expertos  coinciden en la necesidad de la prevención social.    Durante el evento virtual COVID -19, Estado de emergencia: salud, ciencia y ética de la PUCPR, el infectólogo Dr. Lemuel Martínez Bonilla; el decano del Colegio de Artes y Humanidades y experto en teología ética, Rev. P. Dr. Juan Luis Negrón Delgado; y la catedrática del Colegio de Ciencias de la PUCPR, Dra. Mónica Arroyo Cabán discutieron los dilemas técnicos y éticos que enfrentaN la ciencia y la sociedad ante COVID-19.

Para los expertos, todavía hace falta un robusto plan para atender estos casos, tomando en cuenta que la posibilidad de lanzar una vacuna o medicamentos al mercado no será un asunto de meses.

“Todos están  desesperados por encontrar un medicamento, pero esto es un proceso que requiere de muchos años si se quiere hacer bien. Es un proceso que fácilmente se puede tardar 20 años, pero un promedio podría ser de 6 a 7 años.  No quiero crear histeria, pero es importante resaltar que el desarrollo de nuevos medicamentos se tarda.  De hecho, estamos viendo cómo se usan medicamentos del mercado y se puede tener una droga aprobada y moverlo para otros tratamientos. En cuanto a las vacunas, hay alrededor de 150 proyectos de vacunas en marcha en todo el mundo para el COVID-19, 10 de ellos bien acelerados.  Las vacunas también toman años, de 3 a 5”, explicó la catedrática del Colegio de Ciencias de la PUCPR, Dra. Mónica Arroyo Cabán.

Para el infectólogo, Dr Lemuel Martínez Bonilla, se requiere de un riguroso andamiaje de salud pública para responder a todos los posibles escenarios que pueda enfrentar Puerto Rico como consecuencia del COVID-19.  Según dijo, todavía hace falta un mapa de ruta sólido para evitar mayores contagios y un robusto plan para el monitoreo de casos y de pruebas moleculares.

“Nosotros tratamos de ver los casos para tratar de definir cuándo es el mejor momento para reabrir la economía. Recomendamos que primero debe haber un andamiaje para poder responder. Por eso, uno de los esfuerzos ha sido traer pruebas serológicas porque al principio no había suficientes pruebas moleculares.  Esta fue la etapa 1, ya estamos en la etapa 2, es decir, hacer las pruebas moleculares hasta que finalice el suplido, porque es la mejor data que tenemos ahora.  Nos hemos movido a una etapa educativa para que los médicos de toda la Isla se muevan agresivamente a hacer pruebas moleculares, esto es parte del andamiaje que el Gobierno debe  apoyar.  Otro de los asuntos es que sean accesibles económicamente en los hospitales y en los planes de salud.  No es que tengamos pruebas, es que el sistema de salud responda”, sostuvo el infectólogo.

Incluso, el médico fue más allá al afirmar “Con 133 hospitalizados al día ya tendríamos un disloque. No estamos hablando de que nos oponemos a abrir, lo que queremos es que la infraestructura científica esté lista, pero queremos hacer las cosas bien porque podríamos volver a cerrar.  Las personas no han entendido que esta enfermedad es bien complicada”.

Desde la visión ética, el decano del Colegio de Artes y Humanidades y experto en teología ética, Rev. P. Dr. Juan Luis Negrón Delgado afirma que la pandemia ha creado una nueva forma de eutanasia sofisticada o la que llamó una segunda forma de aborto, en donde le otorgan a los servicios de salud el poder excluir por razones de edad.

“Esta situación se ha convertido en una cuestión moral ya que, en varios países, no solo han buscado espaciar la demanda por los servicios médicos, sino que han patrocinado una forma de descarte de los enfermos en la población de adultos mayores. Es una nueva forma de eutanasia en tiempos de pandemia, o segundo aborto, no ya en el vientre materno y sí en el vientre de una sociedad que busca solucionar un problema grave de emergencia de salud seleccionando a los más fuertes y descartando a los más vulnerables.   Advertimos que es un precedente muy peligroso que puede promover un rechazo a aquellos que dieron lo mejor de sí y que ahora deben ser respetados y atendidos”, exclamó

El evento fue organizado por el Instituto de Doctrina Social de la Iglesia de la PUCPR.

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