La corrupción como antítesis de la Doctrina Social de la Iglesia

Los ponentes exponen los tipos de corrupción y como laceran el principio de la dignidad humana

 

El conversatorio contó con la participación del Lcdo. José Frontera Agenjo, vicepresidente Asuntos Administrativos  y el Lcdo. Héctor Reichard, ex secretario del departamento de Justicia de Puerto Rico como ponentes.

 

La serie de encuentros de la IV Certificación Responsabilidad Pública y Gobernanza ha sido dedicada al examen de la actualidad y vigencia del pensamiento social de la Iglesia ante los retos del presente.   “Este tema que presentamos bajo un título contundente que es La corrupción como antítesis de la Doctrina Social de la Iglesia que es un asunto profundo. Es un tema muy duro, pero es muy pertinente que se haya puesto en la agenda de esta certificación” explicó el Lcdo. Víctor García San Inocencio, organizador de ReSTI. El conversatorio contó con la participación del Lcdo. José Frontera Agenjo, vicepresidente Asuntos Administrativos  y el Lcdo. Héctor Reichard, ex secretario del departamento de Justicia de Puerto Rico como ponentes.

“El titulo de este evento no es una pregunta, es una afirmación.  Es así, la corrupción es la antítesis de la Doctrina Social de la Iglesia”. Así lo aseveró el Lcdo. José Frontera Agenjo, vicepresidente Asuntos Administrativos.

“¿Por qué es una afirmación? Entre todos los principios de la Doctrina Social de la Iglesia hay dos de particular importancia. El primero es el principio fundamental que es la raíz de la Doctrina Social de la Iglesia y cuyo punto de anclaje es el principio de la dignidad humana. Es decir que la persona es lo primero, que la persona es lo que está en el centro y que la persona es a donde debe dirigirse toda acción humana. Si uno plantea el hecho de la corrupción se da cuenta de que falla precisamente en principio personalista, falla el hecho de que el centro está en la persona porque se mueve el centro hacia las cosas, hacia el poder, hacia la capacidad de hacer y la autosuficiencia del que hace por encima de su propia dignidad” explicó.

Según Frontera, el segundo principio es de la finalidad o el propósito al que aspira la Doctrina Social de la Iglesia. “Entre esos llamados principios está precisamente el principio del bien común. La Doctrina Social de la Iglesia busca desarrollar a la persona en su totalidad, pero lo hace buscando que se alcance el bien común, el progreso y el desarrollo de la capacidad y las condiciones necesarias para que todo el mundo pueda alcanzar esa dignidad y ese propósito fundamental. La corrupción es una oposición al bien común porque parte del egoísmo, del acaparamiento, de una preocupación única y exclusivamente por el bienestar del yo y por lo tanto rompe de toda manera con esa intención de que el bien común se alcance” sostuvo.

“Normalmente la corrupción en este país se asocia realmente con los políticos. Y eso es, por ejemplo, como decir que todos los abogados son malos. Hay unas profesiones que tienen unos apegos por parte de la gente de tratar de describir como un estado el hecho de que uno tenga cierta profesión o un oficio. De lo que si estamos hablando cuando decimos corrupción es que es algo que no es solamente de los políticos, no es solo corrupción pública, también es corrupción privada y ambas son corrupción. Cuando hablamos de corrupción hablamos de un comportamiento. Consiste en un soborno, mediante un ofrecimiento o promesa que se le hace a una persona que está en un cargo público o privado con miras de obtener un beneficio o ventaja. Pero ese beneficio o ventaja es contraria a la ley. En Puerto Rico tenemos ejemplos muy claros y muy recientes. No hay duda que construir una edificación sobre un manglar como en Salinas es contrario a la ley y por lo tanto ya sea de una persona o de un grupo de personas que se dedican a esto pues es corrupción. Puede haber empresas corruptas o seres humanos que diseñan estos procesos de corrupción” explicó el Lcdo. Héctor Reichard, ex secretario del departamento de Justicia de Puerto Rico.

La corrupción también podría ser no contraria a la ley, si no ser un acto fraudulento sostuvo Reichard. “¿Por qué hago la distinción? Volviendo al manglar hay personas que han utilizado permisos de construcción hasta de otros pueblos o un permiso para obtener cinco permisos utilizando el mismo fraudulentamente o sea aparentando que lo que está presentando está completo y es correcto. Así que tenemos una condición que es contraria a la ley o producto de un acto fraudulento. Otra dirección de la corrupción es la extorsión. Hay personas que extorsionan a un funcionario público o privado para mediante amenazas física o de intimidación. El miedo de que se revelen actuaciones previas, la intención de causar mal o daño al funcionario o su familia y así lograr la ventaja o el beneficio de se busca”.

El conversatorio se celebró el 5 de abril de 2022.

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