“El bien es posible… no es una utopía”

Mensaje del Dr. Jorge Iván Vélez Arocho por el inicio del curso 2023-2024

 

Al iniciar el primer semestre del año académico 2023-2024 los invito a que reflexionemos sobre los valores que la Iglesia nos propone y que compartimos como comunidad universitaria en la Pontificia Universidad Católica de Puerto Rico. Los valores nos proporcionan el marco de referencia para el mapa de ruta y brújula que seguiremos este año y que nos llevarán a puerto seguro.

Examinemos algunos documentos importantes que nos indican los valores que sostienen y fortalecen nuestra identidad y misión. La identidad significa que reconocemos quiénes somos… …caminantes junto al Señor en el camino de la historia. Desde ese reconocimiento entendemos claramente nuestra misión o propósito sagrado, propósito que forma parte de nuestra historia sagrada. Desde esta perspectiva seremos en la Universidad la Iglesia que Dios espera que seamos para el bien de un mundo que urgentemente necesita ser sanado y transformado. Seremos el Cuerpo de Cristo iluminado, animado por el Espíritu Santo para llevar a cabo la misión de Cristo en el mundo.

En primer lugar, veamos qué nos dice la Constitución Apostólica Ex Corde Ecclesiae sobre los valores constitutivos de la identidad y misión de una universidad católica:

  1. Que sea “un centro incomparable de creatividad y de irradiación del saber para el bien de la humanidad”.
  2. Donde resida “la ardiente búsqueda de la verdad y su transmisión desinteresada a los jóvenes y a todos aquellos que aprenden a razonar con rigor, para obrar con rectitud y para servir mejor a la sociedad”.
  3. Donde se exploren “audazmente las riquezas de la Revelación y de la naturaleza, para que el esfuerzo conjunto de la inteligencia y de la fe permita a los hombres alcanzar la medida plena de su humanidad, creada a imagen y semejanza de Dios”.
  4. Donde se logre “una presencia, por así decir, pública, continua y universal del pensamiento cristiano en todo esfuerzo tendiente a promover la cultura superior y, también, a formar a todos los estudiantes de manera que lleguen a ser hombres insignes por el saber, preparados para desempeñar funciones de responsabilidad en la sociedad y a testimoniar su fe ante el mundo”.
  5. Donde se garantice “de forma institucional una presencia cristiana en el mundo universitario frente a los grandes problemas de la sociedad y de la cultura”.
  6. Que posea, “en cuanto católica, las características esenciales siguientes:
    1. una inspiración cristiana por parte, no solo de cada miembro, sino también de la comunidad universitaria como tal;
    2. una reflexión continua a la luz de la fe católica, sobre el creciente tesoro del saber humano, al que trata de ofrecer una contribución con las propias investigaciones;
    3. la fidelidad al mensaje cristiano tal como es presentado por la Iglesia;
    4. el esfuerzo institucional a servicio del pueblo de Dios y de la familia humana en su itinerario hacia aquel objetivo trascendente que da sentido a la vida”.

Destaquemos los valores aquí presentados en Ex Corde Ecclesiae: creatividad, irradiación del saber, búsqueda y transmisión de la verdad, rigor, rectitud, servicio al pueblo de Dios, exploración, presencia cristiana pública, promover la cultura superior, testimoniar la fe y fidelidad al mensaje cristiano. Cada uno de estos valores es una invitación a identificar procesos y acciones específicas que logren que estos valores se vivan a plenitud.

En segundo lugar, veamos los valores propuestos en el Pacto Educativo Global del papa Francisco:

  1. “En primer lugar, tener la valentía de colocar a la persona en el centro”.
  2. Que “anime los procesos educativos formales e informales”, y que encuentre “otros modos de entender la economía, la política, el crecimiento y el progreso”.
  3. Que tenga “un itinerario de ecología integral”, y que proponga “un estilo de vida que rechace la cultura del descarte”.
  4. Donde se invierta con “las mejores energías con creatividad y responsabilidad” hacia “una planificación a largo plazo, que no se detenga en lo estático de las condiciones”.
  5. Donde se promueva una comunidad educativa de “personas abiertas, responsables, disponibles para encontrar el tiempo para la escucha, el diálogo y la reflexión, y capaces de construir un tejido de relaciones con las familias, entre las generaciones y con las diversas expresiones de la sociedad civil, de modo que se componga un nuevo humanismo”.
  6. Donde con valentía se formen “personas disponibles que se pongan al servicio de la comunidad”.
  7. Donde se trabaje en forma prioritaria “al lado de los más necesitados, establecer con ellos ante todo relaciones humanas, de cercanía, vínculos de solidaridad”.

En tercer lugar, veamos lo que el papa Francisco ha destacado recientemente en sus mensajes sobre los valores que las instituciones educativas deben promover:

  1. alegría
  2. arrojo
  3. sencillez
  4. esperanza
  5. autoestima
  6. solidaridad
  7. esfuerzo
  8. diversidad
  9. unidad
  10. creatividad
  11. prudencia
  12. amistad
  13. dignidad
  14. generosidad
  15. familia
  16. paz

Les propongo que pensemos en una comunidad educativa en la cual cada uno de sus miembros esté comprometido en contribuir para que esa comunidad que los acoge y los forma tenga este perfil de vida, comprometidos todos a demostrar que la comunidad educativa es una forma valiosa de vida y que el bien es posible… no es una utopía, porque Cristo nos acompaña en nuestra historia y no debemos tener miedo ante los retos.

Muy querida comunidad universitaria, tal como se plantea en el Pacto Educativo Global las instituciones educativas “deben interpelarse sobre la finalidad y los métodos con que desarrollan la propia misión formativa”. Juntos propongamos y hagamos realidad esta nueva comunidad educativa.  Dediquemos nuestros mejores esfuerzos, pongamos nuestra inteligencia y voluntad para hacer realidad la esperanza de tantos hermanos nuestros.

 

 

 

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