Alto el costo económico y social de las adicciones
Discuten efectos de la legalización del cannabis en
de la Pontificia Universidad Católica de PR
Cada año, el abuso y la adicción al alcohol, a la nicotina y a las drogas ilícitas y recetadas le cuestan a Estados Unidos sobre 700 mil millones de dólares. Es decir, costos desde el enfoque de salud, de criminalidad y de pérdida de productividad. Además, contribuyen a la muerte de sobre 90,000 personas cada año, así se reveló en el V Congreso de Neurociencias de la Pontificia Universidad Católica de Puerto Rico, dedicado este año al tema de las adicciones.
Los datos, del Instituto Nacional de Abuso de Drogas, fueron resaltados en una de las múltiples ponencias presentadas por un destacado grupo de científicos internacionales. El encuentro de los expertos en el recinto de Ponce de la PUCPR, sirvió de plataforma para presentar investigaciones sobre las adicciones y su relación con el comportamiento social y el funcionamiento neurológico del cerebro.
Uno de los temas discutidos fue la reciente política pública para la aprobación de los derivados del cannabis en Puerto Rico como medicación. Según una de las organizadoras, la Dra. Zaira Mateo, neurobióloga y directora del Centro de Investigaciones Científicas Padre Tosello Giangiacomo de la PUCPR, “Dentro del debate público y político del cannabis como medicación, lo que queremos hacer es ofrecer una plataforma veraz y lógica. La idea central es llevar al público una visión objetiva desde la academia, no centrada en el debate político”.
Uno de los principales ponentes, el Dr. Fernando Maestú Unturbe, profesor titular en el Departamento de Psicología Básica y subdirector del Centro de Magnetoencefalografía de Dr. Modrego, de la Universidad Complutense de Madrid, hizo declaraciones contundentes en torno de los efectos del cannabis. Sostuvo que “El debate hay que verlo desde un punto de vista científico, no político ni económico”.
“Existe la impresión de que la marihuana es una droga blanda y si la usas no pasa nada. Pero hoy la ciencia, sobre todo los estudios de resonancia magnética nuclear, indican que la sustancia blanca del cerebro (que son como los cablecitos que conectan diferentes zonas de ese órgano) se ve severamente afectada en aquellas personas que han consumido cannabis durante la adolescencia. Esta es la etapa en la cual se desarrollan, de forma más importante, las redes funcionales del cerebro, que van a determinar lo que es la persona. Justamente, en esa etapa, si se consume cannabis se producirá una alteración de las redes funcionales. La consecuencia es que el funcionamiento cognitivo se deteriorará severamente”, declaró el Dr. Maestú.
“Esto no es en contra o en favor de una política pública, son los hallazgos de la ciencia. El cannabis daña el cerebro y hace que envejezca más rápido, especialmente si se usa en adolescentes, porque el cerebro no se ha desarrollado bien”. Sentenció que, de legalizarse para uso recreativo, “los jóvenes serán los más afectados por la legalización porque lo verán como que sí es legal, ¿entonces por qué no consumirla?”. El científico reiteró que, “Las drogas supuestamente leves, son la puerta de riesgo para otras de mayor intensidad. Cuando se consumen ciertas drogas en períodos críticos del desarrollo, la repercusión es bien clara. Deja deficiencias o limitaciones a nivel bioquímico que repercuten toda la vida”.
No obstante, el Dr. Maestú se manifestó en favor de la medicación de los derivados del cannabis, si se maneja responsablemente desde un punto de vista farmacéutico. “En el proceso de producción de un fármaco se imita una sustancia de la naturaleza viendo cuál es el modelo químico de esa sustancia, y eso es algo totalmente distinto. A mí me parece bien, que si de esta sustancia se puede derivar un químico que pueda ayudar en una enfermedad, debe usarse desde un punto de vista farmacéutico, conociendo qué condiciones se benefician y las dosis adecuadas para cada paciente”.
Por su parte, la Dra. Leyda Z. Lugo-Morales, científica forense del Sombers Research Group, en Drug Chemistry Section and Toxicology Unit, North Carolina State Crime Laboratory, Raleigh, North Carolina, también reaccionó a los efectos del libre consumo de la marihuana. “El impacto sería en el sistema legal. El sistema legal tendrá que estar muy preparado, porque aún sin ser legal es la droga más consumida en los Estados Unidos, y la de mayor número de casos de personas manejando bajo los efectos de esta sustancia. Los efectos de esta droga son muy difíciles de clasificar. El cannabis, en algunos casos causa depresión del sistema nervioso y, en otros, causa alucinaciones. Es una droga muy difícil de clasificar, hay personas que desarrollan tolerancia mientras otras experimentan efectos distintos”, reiteró.
Al panel de expertos se unió el Dr. Carlos Valiente Barroso, doctor en Psicología –Neurociencias de la Universidad Complutense de Madrid. El especialista en Medicina Psicosomática y Psicología de la Salud presentó dos ponencias. Habló sobre las adicciones y sus efectos en el lóbulo frontal del cerebro y sobre el reto de la neuro religión.
En la V Jornada Internacional de Neurociencias también se presentó la Dra. Carmen Maldonado, de la Facultad del Dpto. Biología de la UPR, Río Piedras. La científica, quien se desempeña como editora asistente para el Behavioral Neuroscience Journal, discutió los hallazgos de los efectos a largo plazo en el circuito de recompensa cerebral en los procesos adictivos y posibles tratamientos. Mientras, el tema sobre las diferencias sexuales en los efectos a largo plazo de la morfina estuvo a cargo de la Dra. Dinah Lee Ramos Ortolaza, profesora adscrita al Dpto. de Biología de la PUCPR, recinto Ponce. El enfoque de las neurociencias y el aprendizaje de la adicción lo presentó el Dr. Rafael Oliveras, psicólogo clínico.
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