Cardenal Oscar Rodríguez Maradiaga S.D.B. : Un testimonio de compromiso católico por la justicia social y el desarrollo
“Animo a todos para que cada vez más en el espíritu sinodal puedan participar positivamente en la vida pública de esta bella tierra de Puerto Rico”
El cardenal Oscar Rodríguez Maradiaga, reconocido por su denuncia de injusticias sociales en comunidades latinoamericanas, aborda el desafío de promover el desarrollo social y la justicia desde su posición como cardenal y arzobispo de Tegucigalpa, Honduras.
Desde 1979 se ha desempeñado en diferentes roles en el Consejo Episcopal Latinoamericano y Caribeño (CELAM), liderando conferencias y presidiendo Caritas Internacional. Su compromiso con el desarrollo social y la justicia se manifiesta en libros y artículos. Ha escrito varias obras en diferentes lenguas y países. Trabajó por muchos años en el programa que san Juan Pablo II lanzó en Tertio Millennio Adveniente para la cancelación de la deuda externa de los países más empobrecidos del mundo, lográndose que fuera otorgada a 27 países.
En relación con los desafíos económicos contemporáneos, el cardenal destaca “La Doctrina Social de la Iglesia es ignorada casi totalmente en muchas administraciones y gobiernos. El desafío es continuar anunciándola a tiempo y destiempo. Recientemente en la encíclica Fratelli Tutti el papa insiste en esa temática” señaló.
Sobre las relaciones con la sociedad civil y los gobiernos, el cardenal reconoce tensiones debido a la corrupción política y la falta de servicios al bien común en algunos países. Aborda la problemática de migraciones ligadas a guerras y violencia, insistiendo en que la Iglesia como madre no puede desentenderse de esta realidad.
Respecto al reconocimiento doctorado honoris causa de la Pontificia Universidad Católica de Puerto Rico en 2018 por su actividad apostólica y compromiso social sostiene: “He recibido ese doctorado con mucha emoción y gratitud y por eso me siento muy contento de participar en el XII Congreso Católicos y Vida Pública y los animo a todos para que cada vez más en el espíritu sinodal puedan participar positivamente en la vida pública de esta bella tierra de Puerto Rico”.