Compromiso con una formación integral
Gran Canciller de la PUCPR insta a académicos y estudiantes a lanzarse con fiesta y alegría a la vida universitaria.
Jalibeth Rodríguez Rivera
“Hay una fiesta, fiesta, fiesta continuamente en mí”. Entonando esta frese con la chispa de alegría que lo caracteriza, el gran canciller de la Pontificia Universidad Católica de Puerto Rico, S.E.R. Mons. Rubén González celebró la Santa Misa de Inicio de Curso.
Durante su homilía, Monseñor avivó el espíritu de fiesta en esta nueva jornada académica, pero también hizo un llamado a la conversión y a la acción.
“Resulta más cómodo refugiarse en las antiguas costumbres, permanecer en terreno seguro y conocido. Hay gente que solo vive de remembranzas, son profetas de la desesperanza ( …)Son personas que, frente a la fiesta de la vida, tienen excusas baratas para justificar su pereza y su desaliento. Hoy la palabra de Dios nos urge a la conversión, que hoy se llama misión continental, se llama proyecto universitario Santa María.”
Según dijo, esta transformación implica asumir los retos y salir a las comunidades existenciales para romper las fronteras. “Debemos ir a las periferias sin miedo, guiados y animados por el espíritu que nos impulsa a salir más allá de nuestras fronteras. Como dice papa Francisco, ¿qué le pide el Espíritu Santo a la sociedad?, ¿Qué le pide a la Pontificia Universidad Católica de Puerto Rico? Calle, calle calle – no que se calle – que se vaya a la calle a callejear”, vociferó.
En esa línea, el también Obispo de Ponce, resaltó la importancia de la reflexión para lograr una comunidad universitaria comprometida con la formación de valores, más allá que la profesional.
“¿Qué implica para todos nosotros callejear? Implica misión. Es la misión a la que invito hoy. Los exhorto a todos en la PUCPR a colaborar activamente, de una manera creativa y alegre en la formación de las nuevas generaciones que llegan a la Universidad. Una formación no solo profesional, sino sobre todo, el desarrollo de una conciencia crítica. Es vivir coherente su vocación sirviendo con libertad de espíritu a nuestro pueblo”, exhortó.
Previo a la celebración eucarística, el presidente de la PUCPR, Dr. Jorge Iván Vélez Arocho ofreció su discurso.
“Desde sus inicios La Católica fue un faro de esperanza, como respuesta de la Iglesia Católica de Puerto Rico ante la necesidad de formar ciudadanos que enfrentaran y transformaran la situación de miseria en que vivíamos. Los Fundadores sabían que la educación de los ciudadanos era fundamental para lograr el desarrollo y el progreso económico al que todos aspiraban”.
Añadió ”Hoy nos enfrentamos a formidables retos, tan grandes como los que vivimos cuando se fundó la Universidad. Retos económicos, políticos, sociales y de dignidad individual y colectiva. De nuevo, la hoy Pontificia Universidad Católica de Puerto Rico, será un faro de esperanza en estas aguas embravecidas que amenazan con zozobrar nuestra barca”.
Ante este escenario, el Presidente lanzó dos enfoques prioritarios en este nuevo camino académico. “La propuesta universitaria de La Católica está anclada en estos dos principios: la “conquista de la libertad interior y espiritual” y la formación de los ciudadanos para que lleven “una vida normal, útil y abnegada en la comunidad”. Ciudadanos que, desde la libertad y la formación, se enfrenten a los formidables desafíos que individual y colectivamente viviremos. Hoy, en esta Misa de Inicio de Curso, como facultad, reafirmaremos personal y colectivamente nuestro compromiso con nuestra identidad Católica y con nuestra misión”, apuntó Vélez Arocho.
Posterior a la Eucaristía, los académicos Pioneros realizaron su profesión de fe.
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