Más allá de los micrófonos, los cuentos y Titi Angie
Conoce a la mujer y a la madre ejemplar
Jalibeth Rodríguez Rivera
De camino a la escuela acompaña a los más pequeños. Ya sea en las mañanas o en las tardes, a través de las ondas de Católica Radio, enciende la chispa de la imaginación al contar fascinantes historias que transportan a cualquiera. Así es, se trata de Titi Angie, quien lee cuentos a chicos y grandes para avivar la pasión por la lectura.
Lo que muchos no saben es que detrás de los libros y los micrófonos, la apasionada por los cuentos es Digna de los Ángeles Hernández Guzmán. Natural de Bayamón, Doña Angie se casó en 1973 con el presidente de la Pontificia Universidad Católica de Puerto Rico, Dr. Jorge Iván Vélez Arocho. En entrevista con el periódico El Visitante, Angie recordó que se conocieron en el recinto de Río Piedras de la UPR. “Él vivía en Lares, pero en ese momento Arecibo no era opción porque él quería estudiar Administración de Empresas. Así que estudió en la Universidad de Puerto Rico. Yo vivía en Bayamón y fui a estudiar allí también y nos conocimos. Nos casamos en el ’73 y estuvimos un año viviendo en Mayagüez. Después a él le ofrecieron estudiar su doctorado en Florida y nos fuimos por 4 años. Aproveché y estudié mi maestría”, detalló.
Es entonces cuando Angie retorna a Mayagüez. Admitió que ambos comenzaron a trabajar como profesores del recinto de Mayagüez de la UPR mientras se destacaban en actividades de la Iglesia. “En el 1976 se creó la Diócesis de Mayagüez y, al llegar en el 78, Mons. Ulises Casiano nos asignó como asesores seculares de la Diócesis. Nos integramos a trabajar con los jóvenes. Apoyábamos en la jornada para jóvenes, talleres de cursillos, actividades que se hacían en la Casa Club”, refiriéndose a su casa. Relató además que como pareja, trabajaron en los cursillos pre matrimoniales. Como mujer al servicio de la Iglesia, Doña Angie afirma que ella y su esposo todavía continúan activos en varios proyectos de impacto eclesial y social en Mayagüez.
Doña Angie y su rol como mamá
Angie es madre de Ángeles María y María Eugenia. La retirada profesora de contabilidad de la UPR de Mayagüez, donde sirvió por 30 años, aseveró lograr tener un balance entre su vida profesional, de servicio y familiar.
“La universidad te diría que me ayudó porque tuve un horario lo suficientemente flexible como para tener mis niñas en la escuela y en la tarde las buscaba. De hecho, antes de la escuela, a eso de las 7:15 a.m. las llevaba a la Catedral de Mayagüez. Iban a misa y luego a la escuela”, relató. “Tenía la escuela cerca de la Universidad y como pareja, coordinábamos horarios distintos, si yo trabajaba en la mañana, Jorge Iván estaba en la tarde y se podían compaginar los roles de padres”.
Entre risas y sentada en su mecedora blanca en el verde entorno del jardín de su hogar en Ponce, admitió “De padres activos salen niños activos. Nuestras hijas, según fueron creciendo, siempre fueron muy activas en las escuela y en proyectos de impacto social y siempre las apoyábamos”.
Ángeles María, según dijo orgullosa, tiene una Maestría en Ingeniería Ambiental de la Universidad de Michigan y María Eugenia cuenta con un Doctorado en Fisiología de Ciencias Médicas. “María Eugenia trabaja junto a su esposo como profesora de Biología en la Universidad Texas A&N en Kingsville. Mientras que Ángeles hace consultorías en el área de permisología de la Oficina de Gerencias de Permisos (OGP)”.
A preguntas de la periodista Camille Rodríguez, sobre el consejo más importante que le ha dado a sus hijas dijo “nosotros no se lo dimos, se lo enseñamos. Uno tiene que darse a los demás. En esto las dos han sido misioneras”.
Relató que Ángeles apoyó a la comunidad Miñi Miñi en Loíza durante un mes y María Eugenia hizo lo mismo en Ecuador. Allí vivió y ayudó a los agricultores y a las familias de campo. Yo creo que ese es el mejor consejo que les doy a los padres. No son palabras ni cantaletas, si no que los hijos vean lo que los padres hacen y van a querer hacerlo”, acentuó.
Dios como centro de su matrimonio
“La primera estabilidad debe ser de la pareja, si tu quieres mantener una relación por toda la vida tiene que ser con el sacramento. Los hijos son una gracia, pero ellos se van” expresó Angie al reafirmar la importancia de Dios como centro del matrimonio. “No tienes que tener un libro debajo del brazo porque esa gracia que recibieron en el sacramento es la que ayudará después. Si no están el hombre, la mujer y Dios, se puede construir pero se va a romper en algún momento. Tiene que ser ese triángulo”, aseguró como el secreto de su éxito matrimonial.
“Nosotros en los retiros matrimoniales siempre aconsejamos esa reafirmación. Cada uno en la pareja, tiene que respetar sus libertades y compromisos y ser flexibles”, aconsejó.