Nace la nueva Clínica de Asistencia Arquitectónica para ayudar al País
Escuela de Arquitectura busca apoyar a los que perdieron su techo.
Se estima que más de 300,000 familias perdieron sus hogares
Tras la pérdida de unos 300,000 hogares en toda la Isla por el embate del huracán María, la necesidad de asesoría profesional arquitectónica resulta indispensable para reconstruir los hogares con estándares más elevados de seguridad. De esta manera podrán mitigarse potenciales catástrofes en el futuro que pudieran afectar esta isla caribeña.
Ante esa realidad, y con la misión genuina de ayudar, el decano de la Escuela de Arquitectura de la Pontificia Universidad Católica de Puerto Rico, el arquitecto Luis V. Badillo Lozano, anunció la creación de la Clínica de Asistencia Arquitectónica. Esta es una iniciativa gratuita para ayudar a la comunidad. Las clínicas ofrecerán seminarios y talleres a modo de consultoría, con consejos de cómo las personas deben aplicar mejores prácticas de diseño y construcción al momento de reparar sus residencias. También, para identificar los principales problemas de construcción que tuvieron esas estructuras y buscar alternativas para mitigación y cómo reforzar de manera que se logre un mejor comportamiento y una mayor capacidad de resistencia en caso de un próximo huracán.
“Queremos acercar la arquitectura al necesitado. A aquella persona sin los recursos para contratar a un profesional que realice su diseño. En este momento de tanta devastación hemos descubierto la gran vulnerabilidad que hay en la Isla y las condiciones tan frágiles que miles de familias se ven obligadas a vivir por no poder contratar una asesoría profesional adecuada. La Pontificia Universidad Católica de Puerto Rico y su Escuela de Arquitectura, por medio de la recién creada Clínica de Asistencia Arquitectónica, entendemos que es nuestra responsabilidad como arquitectos, como puertorriqueños y como cristianos hacer disponibles y acercarles estas herramientas profesionales del campo del diseño y la construcción a los más necesitados”, dijo el arquitecto Badillo Lozano.
Por su parte, el presidente de la PUCPR, el Dr. Jorge Iván Vélez Arocho, destacó que toda la comunidad
universitaria se ha unido para ayudar a quien lo necesite. La Escuela de Arquitectura y su facultad de expertos han sido una herramienta vital en el apoyo y la consultoría de iglesias y comunidades que han venido buscando ayuda para reconstruir sus propiedades de manera más segura. Ante tanto pedido de ayuda, es notable la necesidad y el interés de las familias y hemos decidido crear estas clínicas para impactar a más personas y ser parte una reconstrucción responsable y segura para el País”.
Según el decano Badillo Lozano, “Muchas de estas familias podrían recibir ayuda para reconstruir, pero no tienen los recursos para contratar a un experto que los asesore en torno de cómo la arquitectura puede hacer la diferencia entre un hogar que colapse o uno que resista otro embate de huracán. Si esas casas se vuelven a levantar siguiendo las mismas técnicas de construcción que utilizaron anteriormente, con toda probabilidad volverán a ser gravemente impactadas y correrán la misma suerte. Es importante entender que, en ocasiones, con simplemente algunos sencillos detalles y siguiendo buenas prácticas de construcción se podrían no tan solo salvar edificaciones sino también vidas. Un simple cambio de ubicación de la casa en un solar, puede significar que la propiedad no se impacte tan fuerte, o que no esté tan expuesta a condiciones como inundaciones”, reiteró.
Declaró que, en la Escuela de Arquitectura de la PUCPR, “queremos democratizar los servicios de arquitectura, para que al menos la asesoría esté al alcance de todos. Los huracanes se comportan en ocasiones como fenómenos caprichosos en el sentido de que impactan gravemente una edificación aunque quizá no con la misma intensidad que aquella otra que le queda al lado. Las personas pueden pensar que su casa aguantó, cuando en realidad fue un golpe de suerte. Si no toma las medidas de mitigación de deficiencias, quedaría expuesto y vulnerable en el caso de un próximo huracán, porque vivimos en el trópico y la temporada de huracanes nos afecta todos los años”, explicó el arquitecto
El decano informó que en las Clínicas de Asistencia Arquitectónica se asesorará a la comunidad ofreciéndoles consejos y orientación para que en la reconstrucción de sus hogares no se cometan los mismos errores. “De lo que tratarán los talleres será de aconsejar y orientar sobre las mejores prácticas de construcción, detalles y sistemas constructivos. Prácticas que, si se hubiesen seguido, posiblemente hubieran permitido que muchas estructuras se salvaran, y miles de techos estuvieran aún en pie”.
Los expertos y miembros de la facultad de la Escuela de Arquitectura serán recursos para dar la consejería a las personas, instituciones o comunidades que así lo interesen.
La primera clínica está pautada para el sábado 2 de diciembre en la Escuela de Arquitectura de la PUCPR (en el mismo casco histórico de Ponce, frente al antiguo Parque de Bombas) con talleres grupales y charlas. Luego, en mesas establecidas con diversos expertos, se atenderán casos individuales. Se aconseja que las personas lleven a las clínicas fotos e información sobre las casas afectadas, los solares y los recursos que tienen para reconstruir. Las personas interesadas pueden también adelantar la información a la Escuela de Arquitectura al 787-841-200 ext. 1364 o 1365.
El decano indicó, además, que el seminario se enfocará también en el tema de las tecnologías sustentables, para quien vive en áreas remotas propensas a quedarse desconectado de los servicios básicos luego del paso de una tormenta. Se presentarán alternativas de cuáles medidas se deben tomar en el momento de la reconstrucción para evitar que, en el future, tenga que depender totalmente de la conexión y pueda subsistir de forma autónoma por un tiempo. “Con María ha quedado claro que no basta con que nuestra residencia resista el embate del huracán, sino que debe ser capaz de apoyarnos a sobrevivir luego del paso de este” destacó.