¡Recibimos el nuevo año con pasión, ilusión y esperanza…!

Disfruta del mensaje de Año Nuevo del presidente de la PUCPR, Dr. Jorge Iván Vélez Arocho.

¡Feliz Año Nuevo!

El año pasado en nuestro mensaje, al iniciar el año 2021, les propusimos:

  1. pasar balance y examinar el año anterior,
  2. agradecer a Dios por su presencia y acompañamiento,
  3. mirar con esperanza el año que ya llegaba,
  4. y hacer las resoluciones de conversión personal y comunitaria.

Al recibir este, un nuevo año 2022, nos parece que al pasar balance de lo ocurrido durante este año pasado en la Universidad tenemos muchas razones para agradecer a Dios lo que hemos vivido. Nos acercamos al 2021 con esperanza y confiados en la misericordia de Dios y Dios estuvo grande con nosotros. Pudimos, desde nuestra identidad, cumplir con nuestra misión. Probablemente el evento mas importante para nuestros estudiantes fue poder celebrar su graduación presencialmente con sus familiares y amigos. Realizamos once significativas y emotivas graduaciones en los tres campus dentro de los protocolos existentes para proteger a los asistentes… un gran desafío y lo logramos. ¡Cuánta alegría y significativos testimonios de estudiantes, familiares y facultativos! Más recientemente nuestros estudiantes-atletas y nuestros grupos teatrales y musicales han retomado sus actividades presenciales con todas las provisiones sanitarias. La alegría y felicidad son desbordantes. Tenemos razones para agradecer a Dios Padre, a Jesús Hermano y al Espíritu Santo que nos acompañan y animan a continuar con nuestra misión.

Al igual que en otras ocasiones, la revisión de la vida vivida en la Universidad nos recuerda aquellos que hoy ya no están con nosotros.  La fe nos fortalece al saber que volvieron a la Casa del Padre.  Es natural que sintamos tristezas, soledades y silencios. Cada uno de nosotros puede dar fe de que la comunidad no ha permitido que nos sintamos abandonados.  A través de la comunidad universitaria, de amigos y familiares, hemos sentido la presencia del Espíritu Santo consolándonos y animándonos para seguir adelante. Y por eso, al iniciar este nuevo año, renovamos nuestra fe y nuestra esperanza.

De una manera especial damos gracias a Dios por el papa Francisco. por su celo apostólico y por su audacia que lo llevó a publicar la Encíclica Fratelli tutti… todos somos hermanos y el libro Soñemos Juntos. Ambos documentos fortalecieron nuestro entendimiento de lo que significa vivir el Evangelio aquí y ahora.  Por otro lado, iniciamos el año 2022 con dos inéditos importantes acontecimientos eclesiales convocados por el papa en el 2021: la Asamblea Eclesial Latinoamericana y del Caribe y el inicio del camino preparatorio para el Sínodo sobre la Sinodalidad en 2023.

Cuatro ideas esperanzadoras destacamos de lo que hemos vivido y viviremos en este nuevo año:

  1. retomar las conclusiones del Concilio Vaticano II y las Conclusiones de la Asamblea de Obispos hace diez años en Aparecida,
  2. destacar quiénes componen la Iglesia, como Pueblo de Dios, y en un Pueblo de Dios donde está presente el sentido de la fe,
  3. enfatizar los procesos de escucha como parte esencial del camino sinodal,
  4. atender desafíos pastorales tales como:
    a. promover y defender la dignidad de la vida y de la persona humana desde su concepción hasta la muerte natural
    b. incrementar la formación en la sinodalidad para erradicar el clericalismo
    c.  promover la participación de los laicos en espacios de transformación cultural, político, social y eclesial,
    d.  escuchar el clamor de los pobres, excluidos y descartados,
         e.  reconocer y valorar el protagonismo de los jóvenes en la comunidad eclesial y en la sociedad como agentes de transformación,
    f.  acompañar a las víctimas de las injusticias sociales y eclesiales con procesos de reconocimiento y reparación,
    g.   impulsar la participación activa de las mujeres en los ministerios, las instancias de gobierno, de discernimiento y decisión eclesial.

En este nuevo año 2022 seremos testigos y actores de una Iglesia Discípula Misionera en Salida.  Será un año extraordinario en el cual la Iglesia nos invita a reenfocar nuestras vidas, personal y comunitariamente, a lo largo de las conclusiones y desafíos de la asamblea. En el mensaje del año pasado dijimos “Si nunca olvidaremos el año 2020… me luce que tampoco olvidaremos el año 2021”.  Hoy les decimos que tampoco olvidaremos este año 2022 que iniciamos. Será un año de conversión, de renovación y de esperanza en un mejor futuro.

En la Asamblea destacamos que contribuiremos a lograr la paz tan anhelada desde la unidad dentro de la diversidad, con el diálogo, con la justicia, con la fraternidad y con la búsqueda de la verdad. Hoy ponemos a los pies de María, Reina de la Paz y Trono de la Sabiduría, nuestros anhelos, nuestra total confianza y nuestros compromisos personales y colectivos.

Querida comunidad universitaria, mantengamos la esperanza enraizada en nuestra confianza en Dios Padre, en Jesús el hermano y en el Espíritu Santo consolador. ¡Nos acercamos al nuevo año con pasión, ilusión y esperanza…! ¡El bien es posible! Porque así Dios, quien nos ama profundamente, lo quiere. A la mayor gloria de Dios.

¡Muchas felicidades!

 

 

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