Se abre la conversación sobre la realidad del sistema de salud pública y sus desafíos

“No se puede hablar de justicia social sin unas garantías mínimas de salud para el ser humano.  La dignidad de este es, y siempre debe ser, el factor que guíe todas las decisiones y políticas públicas del país.  Si queremos hablar de desarrollo, no podemos abandonar el sistema de salud pública a su suerte o dejarlo en las manos de las fuerzas del mercado. En el foro quedó plasmado, a través de las ponencias presentadas, las grandes deficiencias que presenta nuestro sistema de salud pública si es que lo podemos llamar sistema.  Su fragmentación y el desmantelamiento al que ha sido sometido ha dado al traste con lo que fueron las justificaciones para el cambio de modelo realizado en los años 90.  Con la pandemia del COVID-19, junto a los efectos de los huracanes Irma y María y los terremotos del suroeste ha quedado al descubierto la incapacidad del sistema para atender las emergencias y garantizar el bienestar de la población.  Sufren particularmente las poblaciones más vulnerables” explicó el Lcdo. Israel Santiago, director del Instituto de la Doctrina Social de la Iglesia.

“Nuestra sociedad tiene la obligación moral ineludible de sentarse y repensar el sistema de salud pública. El resultado debe ser uno que se enfoque en el ser humano, en su dignidad y en su desarrollo integral por encima de cualquier otra consideración o interés.  Esto debe ser parte integral en la construcción del nuevo proyecto de país que tanta falta nos hace.  Esperamos que con esta actividad se inicie una discusión seria y profunda sobre este importante asunto que produzca resultados tangibles.  No podemos continuar en la complacencia y pensando en el corto plazo porque nuestros hermanos más vulnerables continúan sufriendo las consecuencias” añadió Santiago.