Una aportación divina

Libro recopila el legado de los padres Escolapios


Por: Yamil Solano Campos

La aportación de los sacerdotes Escolapios que han pasado por el campus Pionero queda registrada en el libro Los Padres Escolapios: COPERATORES VERITATIS, una estela de espiritualidad durante cinco décadas en la Pontificia Universidad Católica de Puerto Rico de la profesora Adelaida Bidot.  Según la profesora,  el Dr. Jorge Iván Vélez-Arocho, presidente de la PUCPR, afirmó que era de vital importancia que se recogiera la aportación de los padres Escolapios a la Universidad.  “Nuestra respuesta fue inmediata, gozosa y afirmativa: aceptaba una encomienda que me competía y vinculaba pues yo misma tenía una inmensa deuda con ellos, con los que habían sido mis profesores y ejemplos de comunión entre palabra y obra.” expresó Bidot.

Cuenta la autora que desde 1956, cuando llegaron a dar clases en la entonces Universidad Católica los dos primeros Escolapios, hasta marzo de 2016, cuando cesaría su cargo de Gran Canciller el último de ellos,  cada uno dejó una huella dual: la personal y la de su Orden. Por una parte los Clérigos regulares pobres de la Madre de Dios de las Escuelas Pías, conocidos desde el Siglo XVIII como los padres Escolapios, de la Misión de la Universidad a la que llegaron y en donde vivieron por 45 años, adhirieron con naturalidad lo que habían heredado de su fundador, san José de Calasanz: el compromiso vocacional de evangelizar a través de una enseñanza integral, fundamentada en los principios evangélicos, siendo los estudiantes el centro privilegiado de esa gestión en la que se garantiza y salvaguarda su respeto, dignidad y libertad. En eso radica básicamente el cuarto voto solemne de los Escolapios. Por tal razón el texto se ha enfocado en esa gestión: en el rol de profesores, de maestros, de guías espirituales. A pesar de que se mencionan los distintos puestos administrativos que algunos escolapios llegaron a ejercer (desde la Capellanía hasta el puesto más alto dentro del organigrama institucional: Gran Canciller), el lente de este trabajo ha estado enfocado en su rol de educadores y han sido sus ex alumnos las voces narrativas que, desde unas experiencias de formación académica y espiritual, han ido aportando los ejemplos vivos, latentes, de la labor de los Padres durante cinco décadas.

Dos entrevistas conforman la parte central del texto, al padre Moisés Navascués y al padre Félix Lázaro, que tiene como médula “la casa de ellos’. “Apropiándonos de una expresión del padre Lázaro, en el libro nos referimos a ella constantemente como ‘la casa de todos’ pues, efectivamente, así la consideraban ellos y todos los que en ella pusieron un pie algún día y experimentaron  la disponibilidad del afecto, la caridad de la acogida, la humanidad de la comprensión, el alivio de la Confesión, la gracia de la compañía, la esperanza de la presencia” dijo la profesora.

Formalmente el libro está dividido en tres capítulos y, según su autora, marcado por los límites humanos frente a valores y sentimientos que nos trascienden, buscando pretender extender un abrazo a los padres Escolapios que contenga un “muchas gracias” por toda una vida de entrega y dedicación a los estudiantes, porque un día dejaron sus países e hicieron del nuestro su hogar, por todas las vidas que, con su presencia y carisma, marcaron para siempre; porque, siguiendo el ejemplo de San José de Calasanz, vivieron y viven para ser Cooperadores de la Verdad, de la Verdad de Jesús.” finalizó la autora.

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